Pensamiento Divergente de la mano del Teatro

El pensamiento divergente o lateral se caracteriza por la capacidad de generar múltiples soluciones a un mismo problema. Es un enfoque mental espontáneo, fluido, no lineal; basado en la curiosidad y en el inconformismo. La alegría, la imaginación y la frescura ofrecen más libertad a sus razonamientos. 

A través de este tipo de pensamiento se pretende: 

  • Aumentar la autoestima y la confianza en los niños y niñas.

  • Adquirir hábitos de conducta sociables, tolerantes y de cooperación entre los compañeros.

  • Tener inquietud y curiosidad.

  • Potenciar la lectura y el gusto por los libros.

  • Comunicarse a través del cuerpo, descubriendo las posibilidades de cada una de sus partes.

  • Aumentar la imaginación y la creatividad.

  • Colaborar en la preparación de decorados, disfraces,...

  • Analizar a los personajes y las situaciones representadas.

  • Participar de forma activa, con actitud positiva.

  • Saber escuchar y esperar el turno.

  • Conocer su voz y las posibilidades de ésta.


Con el teatro el niño aumenta su autoestima, aprende a respetar y a convivir en grupo, conoce y controla sus emociones, descubre lo que es la disciplina y la constancia en el trabajo, además de aprender a desenvolverse en público. En definitiva, gracias al teatro, hay una estimulación sensorial y desarrollo cognitivo.


Es imposible separar cada sentido de la inteligencia. Los sentidos son necesarios para que ésta exista. 


Sería un gran paso incluir el teatro en el día a día de los niños. 

A través de él y sin darse cuenta, exploran mundos y sensaciones que desconocen y a las cuales de otro modo sería difícil llegar. 

Al igual que el juego, el teatro consigue que el niño, la niña, aprenda de una forma divertida, estimule sus sentidos, conozca sus sensaciones, aprenda a manejar sus sentimientos, pierda el miedo a hablar en público, a mostrarse tal y como es. 

Gracias al teatro se trabaja la memoria, la percepción, la intuición. Permite escuchar y ser escuchado. Trabaja el autocontrol y la autoestima. Ayuda a formar una personalidad sólida y fuerte. Invita al niño a interesarse por la literatura, la historia, los sentimientos. Genera capacidad de empatía y abre todo un abanico de curiosidades que te invitan a ser creativo y dejar volar la imaginación.

El cuerpo habla por sí sólo, ayudemoslo a explotar, a dejar que fluya. 


"Los niños y niñas no juegan para aprender pero aprenden porque juegan" 

Jean Piaget.






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