La mesa de luz es un dispositivo que aumenta la visualización de objetos.
Ayuda a la estimulación sensorial, la concentración, relajación, enfoque, magia, lectoescritura,....
La mesa de luz es una tabla de madera que se ilumina con luz. Es educativa y lúdica.
Las mesas de luz y demás espacios multisensoriales (hay escuelas que tienen un ambiente a oscuras donde hay muchos elementos luminosos para interactuar) están inspirados en la pedagogía de Reggio Emilia y se puede usar desde los 18 meses- 2 años (o antes).
Según ésta, los niños/as tienen un gran potencial y curiosidad innata que le lleva a querer descubrir el mundo que le rodea. Por ello, son capaces de construir su propio aprendizaje con las herramientas y ambiente adecuado.
Existen multitud de beneficios del juego de luz.
La mesa de luz es un buen recurso para la ciencia, la exploración y el descubrimiento, entre otras cosas.
También se puede usar para el juego libre y la integración sensorial. Para la observación, la atención y el aprendizaje de la lectoesritura, matemáticas, música,...
Son una excelente fuente de información multisensorial.
MATERIALES PARA USAR EN LA MESA DE LUZ:
- semiesfersas de percepción: material acrílico a Sunflower. Al juntarlas, cambian de color y tienen efecto lupa.
- discos de colores: con ellos pueden realizar dibujos, además de contar y clasificar.
- bloques de construcción de colores transparentes: experimentan con el color, la transparencia, la luz, el reflejo,...
- play plax: juego de construcción inventado en los años sesenta. Permite realizar construcciones curiosas al introducir las piezas por la ranura.
- formas geométricas de acrílico: permiten superponerlas de manera fácil y experimentar con la mezcla de los colores. Se usan como base para las construcciones, juego simbólico,...
- pirámide arco iris: usan los elementos como recipientes, metiendo otros dentro que, a su vez, cambian de color.
- bloques sensoriales: estructuras de madera con diferentes materiales dentro: arena, bolitas, líquido,...además permiten hacer construcciones.
"El niño tiene cien lenguajes, cien manos, cien pensamientos, cien formas de pensar, de jugar y de hablar, cien siempre, cien formas de escuchar, de sorprender, de amar, cien alegrías para cantar y entender".
Loris Malaguzzi.
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