TDAH (trastorno por déficit de atención con hiperactividad)

El Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) es un trastorno de origen neurobiológico que se caracteriza por un desarrollo inapropiado del nivel de atención, hiperactividad e impulsividad presente antes de los 7 años y que produce un deterioro clínicamente significativo en dos o más áreas/aspectos de la vida del niño.  

¿Cómo podríamos trabajar las emociones con niños diagnosticados con TDAH?

La inteligencia emocional es una herramienta significativa, imprescindible de desarrollar para poder ser capaz de gestionar las emociones y resolver conflictos. Cuando se trabajan, se consigue que los niños estén más motivados y se les ayuda positivamente en su desarrollo intelectual.

Begoña Ibarrola, licenciada en psicología, dice: "Cuando los niños ponen nombre a sus emociones empiezan a poder manejarlas". Es muy conocida por la publicación de sus cuentos infantiles, entre los que destaca: "Cuentos para sentir: educar las emociones".

Educar esta parte de la inteligencia significa enseñar lo que es la conciencia emocional para que los niños se den cuenta de lo que sienten y aprendan a descubrir el porqué de sus emociones. Esto, ayuda también a desarrollar una autoestima sana.

El primer paso para conseguir regularlas  es expresarlas, sin reprimirlas pero tampoco haciendo daño al otro. Se les debe enseñar a calmarse y a manejar la frustración, a pensar positivo y a ser resilientes. Es fundamental que el adulto muestre empatía y no se una a su caos, sino que mantenga la calma. Lo que para nosotros puede ser una tontería, para ellos no lo es. Deben ver la expresión de las emociones como algo natural, positivo, ...por ello, el adulto, ha de expresarlas delante del niño, ser asertivo. De esta forma, con el ejemplo, el pequeño/a aprenderá mejor a gestionarlas.

¿Cómo trabajar las funciones ejecutivas?

A continuación, os propongo algunas actividades:

- tachar con una cruz los dibujos que sean diferentes al primero.

- escribir los números y letras que escuches (dictado) y ordenarlo.

- escuchar atentamente los números y las letras, apuntar los que recuerdes al finalizar.  

- ordenar las viñetas para que la historia pueda entenderse.

- escribir cinco cosas de cada grupo: animales, nombre de mujer, ciudades, colores,...

- dibujar a partir de un cuadrado. 

"Si un niño no puede aprender de la manera que enseñamos, quizás debemos enseñarles de la manera que ellos aprenden".