El porteo

Portear tiene beneficios psíquicos y psicológicos tanto para la madre como para el bebé.

Permite la conexión entre madre e hijo, creando un sentimiento de protección. 

Al bebé le relaja estar cerca de la piel de su madre, escuchar los latidos de su corazón como si fuera una canción de cuna. 

La conocida como "postura de la ranita" que el bebé toma al acurrucarse al cuerpo, favorece la buena posición para él. El culito del bebé queda a la altura de nuestro ombligo y su cabeza bajo nuestra barbilla, sin llegar a tocar. 


El porteo es una posición ergonómica. 

Además de relajarle, como ya he mencionado anteriormente, también favorece en su desarrollo físico y neurológico. Al no estar tenso ni nervioso, el cuerpo crece sin miedo y sin bloqueos.


Aunque no lo creáis, un gesto que pensáis insignificante puede ser importantísimo para los pequeños a corto y/o largo plazo.


Al crearse ese vínculo, ese apego entre madre e hijo, favorece la autoestima, seguridad  y empatía. 


Como sabrás, un niño o niña que ha recibido cariño por parte de su madre, al que se le ha llevado en brazos, se desarrollará física, cognitiva y emocionalmente de forma distinta a como lo hará uno que no lo haya hecho. El porteo presenta una forma segura de hacerlo. 

Además, la madre puede moverse y usar sus manos mientras mantiene al bebé posado en su pecho, caminar por la naturaleza (lo cual, por otro lado es beneficioso hacerlo juntos) sin castigar tu espalda,...

Es muy importante colocar bien al niño y tener un porteo adecuado, ya que así evitamos, como digo, dañar la espalda. El bebé estará bien si tu lo estás, eso se transmite piel con piel, se siente.

Facilita el momento de amamantar, la expulsión de heces y gases,... y evita la plagiocefalia postural y facilita una buen postura de la cadera.


Muchas madres usan grandes pañuelos pero también existen portabebés ergonómicos. No importa si tu parto ha sido por cesárea o de forma natural. 






¿Te animas?


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