LABILIDAD EMOCIONAL

¿Qué es la labilidad emocional?

Se trata de cierta inestabilidad de las emociones, la incapacidad de controlarlas. 

Quien la sufre, cambia con facilidad y rapidez de un estado emocional a otro.  En cuestión de horas, se puede pasar de estar felices y contentos a sumergirnos en la más absoluta tristeza. 

Cuando la labilidad emocional es muy intensa, podemos reír sin motivo de forma descontrolada o llorar sin causa aparente.

En la etapa de la educación infantil, estos cambios emocionales son normales, pues es tanta la intensidad con la que las muestran que les es complicado gestionarlas.

¿Cuándo debemos preocuparnos, pues?

Algunas de las características se aprecian en:

- el comienzo, ya que suelen ser de una manera abrupta y aleatoria. Todo parece estar fenomenal y, de pronto, aparece una rabieta por algo que nosotros no comprendemos, algo que creemos que es una tontería. 

- la duración, ya que suele durar unos minutos o incluso unos segundos. Cuando nos acercamos al menor, desaparece. 

- la frecuencia, pues pueden darse varias veces al día. 

Debemos estar muy atentos, pues a veces se confunde la labilidad emocional con otras patologías.

Los factores que suelen relacionarse con la labilidad emocional son:

- Factores de desarrollo normativo: son cambios normales y necesarios para la construcción de su personalidad.

- Pobre tolerancia a la frustración: puede desencadenar sentimientos de inferioridad, desánimo, infelicidad, tristeza.

- Momentos de crisis: el niño/a puede encontrarse en un momento complicado donde le es difícil gestionar sus emociones debido a su intensidad (muerte de un familiar, divorcio de los padres,...)

A todos nos puede pasar, independientemente de la edad, tener episodios de labilidad emocional. Somos humanos y las emociones, a veces, nos dominan.