CRISIS EVOLUTIVAS EN LOS PRIMEROS TRES AÑOS

 A lo largo del proceso de crecimiento pasamos por momentos especiales llamados crisis evolutivas, dándose una importante transición entre dos etapas de la vida. 

Las diferentes etapas del desarrollo humano requieren  la adquisición de distintas capacidades. Este desarrollo no tiene porqué ser cronológico sino que implique la presencia de diferentes capacidades físicas y psicológicas. 


Acostumbramos a relacionar la palabra "crisis" con período complicado, con problema, con algo malo. En realidad, este no es el significado de esta palabra. "Crisis" proviene del griego y significa "juicio", por lo que "estar en una crisis" implica encontrarse en una situación en la que nos sometemos a prueba. En las crisis evolutivas, nos ponemos a prueba para conocer nuestro grado de preparación necesario para progresar en el camino de la humanización.  Cuando estamos bien preparados y el ambiente que nos rodea es favorable, esta "crisis" no ocasiona un problema. 


No podemos evitar pasar por las diferentes etapas de la vida. Si conseguimos que todo salga bien durante la fase anterior, pasaremos la "prueba" sin traumas y nos encontraremos ya en una etapa más avanzada.


  • LA CRISIS DEL NACIMIENTO: 
El nacimiento es la "gran prueba" de madurez, durante la que se evalúa el gran trabajo que se ha llevado a cabo a lo largo del embarazo. 
Para seguir viviendo, el recién nacido ha de demostrar que varios de sus órganos funcionan correctamente y, sobre todo, que es capaz de respirar bien. Más tarde, demostrará que puede y sabe alimentarse y digerir los alimentos. Debe haber preparado gran cantidad de anticuerpos para enfrentarse al nuevo ambiente. 
No sólamente ha de asumir el uso de nueva funciones sino que ha de hacerlo en un ambiente que no conoce, distinto al anterior. 

"El nacimiento representa  una afirmación de independencia de un mundo que se había vuelto demasiado pequeño como para que el crecimiento continuara".
"La madre y el niño deben reunirse para que la vida continúe".

El ambiente comienza a realizar la función que anteriormente era desempeñada por el útero en la vida prenatal. 

Los adultos solemos dificultar que los niños y niñas despliqguen de forma activa su conocimiento y sibestimamos continuamente las destrezas que ya posee. Debemos reconocer que el modelo de vida es el mismo peo que el niño/la niña se ha de expresar de un modo diferente para seguir desarrollándose. 

"La unión con el ambiente, que originalmente consistía en el cordón umbilical, ahora se expresa a través de la boca, que inhala aire y se pega al pecho. Este es el inicio de la etapa oral del desarrollo, llamada así porque la boca es el límite entre lo interno y lo externo del niño y se conviete en el punto de contacto privilegiado para recibir el oxígeno y el alimento. Estos son esenciales para la vida física, pero la boca también recibe información sensorial necesaria para comprender el mundo y tener una vida mental."

  • LA CRISIS DEL DESTETE:
La crisis del destete es la segunda crisis evolutiva importante. Subraya un cambio físico asociado con la capacidad de comer y digerir alimentos que no sean la leche. Todo ello, también conlleva un cambio psicológico, ya que es mayor el grado de conciencia de sí mismo y del mundo que le rodea. 

El destete tiene lugar en torno a los 8 ó 9 meses de edad. Ahora los niños y niñas pueden comer casi todo lo que come un adulto. Se le coloca la comida en un plato y él/ella se la lleva a la boca y la mastica. Lo hacen de una forma parecida a como lo hacemos nosotros, por lo que se demuestra que el período de succión ha llegado a su fín, al igual que la continua necesidad de estar pegado a la persona que le alimenta, generalmente la madre. 

También alrededor de los 8-9 meses, el niño/niña gatea perfectamente, otorgándole ello de independencia de movimiento. 

"Las nuevas capacidades digestivas y motoras contribuyen decisivamente a que los niños se separen en forma positiva, para poder seguir desarrollándose. Este es un momento de gran cambio que los adultos deberían comprender". 

Aunque el cuerpo del pequeñx siga siendo pequeño, el cerebro ya no lo es tanto y ha adquirido funciones que ha de usar. 

¿Para qué sino quiere un niñx dientes, saber masticar y digerir los alimentos si se le sigue dando el alimento en biberón? y, ¿de qué sirve poder moverse de forma independiente en el espacio si está todo el tiempo sentado en una trona o dentro de un "corral"?

"En consecuencia, los niños suelen ser obligados a permanecer y vivir en un nivel inferior a sus capacidades físicas, lo que produce toda clase de virtuales efectos negativos especialmente en su estado psicológico".

También durante los 8-9 meses, los niños y niñas experimentan lo que se conoce como "angustia del extraño". Se caracteriza por un visible temor y la búsqueda insistente de la madre coo fuente de seguridad cuando están frente a personas desconocidas. Esto n debemos interpretarlo de forma negativa sino como el hecho de que el pequeño/a es capaz de diferenciar de forma clara a la madre y al ambiente que le rodea, es un signo positivo de mayor autoconciencia. En realidad, a nosotros, adultos, también nos pasa. Tenemos reacciones reacias ante lo desconocido y nos sentimos mejor en nuestra zona de confort. Por ejemplo, cuando queremos entrar en casa de otra persona primero debemos llamar a la puerta...y esperar  a que se nos permita pasar, de lo contrario sería una violación. 
El adulto debe actuar primero con cierta distancia, hablar poco y permitir que el niñx le observe y decida una línea de conducta. 

"A los 9 meses de edad, los niños son individuos con un ego bien definido. No toleran ser tratados como objetos que se pueden tomar y dejar sin considerar su necesidad básica de controlar su ambiente personal: el espacio que ocupa su cuerpo".

Tal ves deberímos llamar a este período "la crisis de la clara percepción de sí mismo y del mundo".

"Los niños de esta edad son puestos a prueba para ver si han preparado todo lo necesario para su segundo nacimiento: la capacidad para digerir la comida de adultos, la habilidad motora para moverse libremente en el espacio, el autoconocimiento que posibilita una clara diferenciación entre el sí mismo y el ambiente, lo que les permite estar con los demás sin confundirse".

Los niños, al igual que los árboles, crecen de una semilla diminuta, necesitando agua, sol y tierra. 

Debemos aceptar la dinámica del menor de tener necesidad de movimiento y después querer regresar, cuando él decide, a los brazos del adulto.
Decirle "espera cinco minutos y después te cojo" es como negarle el abrazo, ya que la necesidad de contacto es en ese momento y no en otro y, durate esta etapa, no puede ser satisfecha con una promesa. Aunque después, evidentemente, demos un abrazo al niñx y estemos más tiempo con él/ella, eso no recompensa el rechazo que ha recibido anteriormente. La respuesta correcta hubiera sido, dejar lo que estemos haciendo y dar el abrazo al niño/a cuando lo necesitaba. Después él/ella mismx se irá cuando pida irse. Esto parece que significara ser esclavos del menor pero no es así sino que representa la necesidad del movimiento evolutivo que requiere la continua verificación de la unión y separación, hasta que el menor enfrente ambas situaciones.

"Hay un tiempo ideal para cada cambio, debemos tener cuidado de no mantener al niño en un estado de dependencia que ya no corresponde a sus verdaderas capacidades. De lo contrario, obstaculizaremos el progreso personal y los meses pasarán sin que el niño desarrolle las estructuras psicológicas adecuadas a su edad".

  • LA CRISIS DE LA OPOSICIÓN:
Esta tercera crisis evolutiva ocurre en torno a los 30-36 meses de edad y con ella concluye el primer período básico de la construcción de la personalidad. A pesar de que su nombre ("crisis de oposición") parece negativo, en realidad se trata de algo positivo. "La crisis demuestra que el niño ha dado otro gran paso en el camino hacia su independencia y humanización".

La crisis comienza cuando empiezan a usar la palabra "no" a casi todo lo que le proponemos, demostrando así que pueden reaccionar de forma diferente a como lo hacen los adultos. 

Al niño/a no le gust la forma en la que nos dirijimos a él o ella, haciendo alusión ( a veces sin quererlo ni pretenderlo) a que es pequeño/a y ha de hacer lo que se le diga. En esta etapa, su ego quiere que le tomemos en cuenta, formar parte de.  Las decisiones de las que quiere ser partícipe generalmente están relacionadas con la vida cotidiana (vestirse, comer, ...) pero tras ellas existe una relación con el ambiente. 

"Si desde el principio vimos la capacidad del niño, tratamos de realizar junto con él las actividades adecuadas para la vida y aumentamos nuestra colaboración con él, entonces puede que la crisis de oposición nunca se presente".

Cuando, por ejemplo, queremos salir a la calle, debemos primero explicar al niño/a que vamos a salir, lo que vamos a hacer, con amor y respeto, invitándole a salir con nosotros, tomar su chaqueta (accesible para él/ella, a su altura) y ponérsela (o enseñarle a que él/ella mismx la coja y se la ponga). Todo esto es mejor que coger la chaqueta sin explicarle nada, sin hacerle partícipe. 

Alrededor, pues, de los tres años de edad, comienza esta crisis destacada por la lucha de poder entre el menor y el adulto, quien suele usar la violencia física o verbal para poner fin a la protesta. Así, el niño/a pierde la preciosa oportunidad de ser reconocido como un niño/a que ha crecido y que forma parte del mundo, que es una persona capaz de decidir, que se tiene en cuenta su opinión. 

"El verdadero mensaje para el ego del niño es: <<Tú eres importante aquí y las cosas que hacemos requieren de tu aprobación. Tú cuentas y puedes participar en este ambiente>>. Si los adultos logran comprender que detrás del "no" del niño existe el deseo de ser reconocido como una persona que ya es capaz de resolver muchos problemas relacionados con él, entonces podrían pedirle su opinión con mucha más frecuencia de la que acostumbran. En este punto, debemos recalcar que no estamos sugiriendo que los niños decidan qué hacer. La idea es simplemente evitar dar sólo órdenes y dejar una opción entre dos alternativas cuando se posible. Podemos decir "¿Te quieres poner la chaqueta o el imermeable?", y estar preparados para aceptar que el niño salga con lo que haya escogido, aunque nosotros habríamos preferido lo otro".

Lo realmente importante es ayudar al niño/a  a verificar lo importante que es su presencia en la familia. Apenas se sienta seguro en este punto, dejará de decir "no". 

"Sólo cuando somos libres es posible escoger".

Todo dependerá de nuestra forma de dirigirnos a los niños/as. Es muy importante que les hablemos de la forma adecuada, sin pensar continuamete en que son pequeños. Porque sí, su cuerpo lo es pero su mente y su capacidad de hacer las cosas, no. 

Tenemos que tener claro que no arriesgamos nada al ofrecer dos alternativas al menor. El niño, por el contrario, gana mucho porque le demostramos que no creemos capaz de escocger y respetamos su juicio.  Las decisiones de los niños ante estas propuestas, el adulto las tomará bien sólo si ha aprendido a considerar las conseuencias de la decisión. 

Preguntar las opiniones y decisiones de los menores en todo lo que sea posible, les habitúa al ejercicio democrático del poder. 

Imaginemos que, de las dos opciones cuando se le ofrece pan con miel o pan con aceite, el niño nos dice que prefiere pan con queso. Esta opción no se la hemos dado pero podemos decirle que no tenemos queso en casa y que, si quiere, podéis ir juntos al supermercado y que te recuerde comprarlo. De esta forma, se le está tomando en cuenta, se le pide colaboración, se le respeta. 

"A los 3 años, el niño es un ser humano extraordinario con quien es posible establecer una relación de creciente igualdad. Se puede iniciar el camino hacia otras importantes conquistas mentales como aprender a leer y la adquisición de otras habilidades culturales.Mientras el hecho de participar y compartir la vida práctica ayuda a perfeccionar las destrezas motoras del niño y asegurarle a su ego que él  es reconocido, sus inmensas energías mentales se pueden utilizar para seguir aprendiendo, en vez de ser agotadas en una lucha infinita contra un ambiente que no ha comprendido el verdadero significado de su oposición."




"Un ser humano. La importancia de los primeros tres años de vida". Silvana Quattocchi Montanaro. IMI











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